- El arzobispo inauguró un webinar de Acogida Cristiana en el Camino, en el que su obispo auxiliar, monseñor Prieto, habló sobre Año Santo y Nueva Evangelización
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, inauguró hoy un webinar dirigido especialmente a los sacerdotes, religiosos y religiosas del Camino de Santiago que llevan a cabo una labor de acogida en sus parroquias o comunidades o que acompañan peregrinaciones a Compostela, organizado por Acogida Cristiana en el Camino (ACC). Monseñor Barrio indicó que “quienes peregrinan a Santiago buscan el camino de la conversión hacia Dios Padre y hacia los hombres sus hermanos”. “El Camino de Santiago”, explicó el arzobispo, “acoge a todos los que presienten la voz de Dios, aunque muchas veces no sean conscientes de ello”. En el encuentro participó también el obispo auxiliar, monseñor Francisco José Prieto, quien desarrolló una ponencia sobre el Año Santo Compostelano y la Nueva Evangelización. En el curso del encuentro, algunas comunidades religiosas y sacerdotes ilustraron a los participantes, de forma breve y dinámica, con sus experiencias.
El arzobispo comentó en su intervención de apertura que la peregrinación al sepulcro del Apóstol es un “camino de conversión, ofrecido a todo el que desee acoger la experiencia”, para el que no se “exige una previa “selección de candidatos”, ni tiene tampoco “numerus clausus”. Todo lo contrario, uno de sus valores permanentes estriba en que pone en contacto directo al alma y a Dios, incluso para quienes todavía no han descubierto la fe cristiana. Esto tiene un especial valor en nuestro tiempo en el que muchas personas todavía sienten nuestra Iglesia lejana”.
Monseñor Barrio señaló, tras recordar el camino de fe que transcurre de Abrahán a Moisés y de Moisés a la llamada de Jesús a Santiago, que “mi reflexión no quisiera hacer más pesadas vuestras mochilas, sino más decididos y ligeros vuestros pasos, pidiendo que os lleven a encontraros con quien os llamó a salir de vuestra tierra, y de vuestra casa. Estoy seguro de que la libertad, atenta al susurro de la conciencia, os irá guiando hasta Cristo”.
Tras indicar que la “fe es luz para la libertad” y que “no evita que seáis quienes tengáis que dar los pasos y recorrer el camino” o que “la fe no es ningún un atajo”, monseñor Barrio manifestó que “tú peregrinas para liberarte de ilusiones, quieres deshacer los prejuicios del corazón, y deseas ser libre; esperas convertirte. Vas a Santiago, pero no para visitar la ciudad que conserva, junto a un rico patrimonio artístico, una tumba. Peregrinas para dejarte encontrar por Cristo que vive, recorriendo con los pasos de tu libertad la conversión que hizo Santiago, el joven pescador de Galilea”.
El Camino y la nueva evangelización.
En su ponencia el obispo auxiliar dijo: “lo peculiar de la Nueva Evangelización, tan urgente como necesaria, tan polivalente como retadora, no estará en novedosas presentaciones ni en hábiles estrategias de oferta religiosa, sino en la comunicación emocionada, más que doctrinal, de una vivencia única”. Y añadió que “la fe en Jesucristo no es un producto de mercado, sino la experiencia de haber vivido, personal y comunitariamente, el gozo de ser abrazados por un Amor incondicional, el de Dios mismo”.
Monseñor Prieto aseguró que “el Año Santo y el Camino de Santiago son tiempo y espacio, un año de gracia y un tiempo oportuno, horizonte y sendero en estos tiempos que, marcados por el drama y la dureza de la pandemia, debemos recorrer con esperanza por las semillas de bien que Dios sigue derramando en la humanidad y asumiendo que, ante este reto y siempre, nadie se salva solo”.
El obispo auxiliar dijo, también, que “la llamada del papa Francisco a una conversión pastoral y misionera tiene, en el Año Santo y en el Camino de Santiago, un apropiado tiempo y espacio: es una invitación a ponernos en camino para salir de nuestras tierras, tantas veces cómodas y refugio de nuestras rutinas”.
En la inauguración estuvieron presentes Segundo Pérez López, delegado de Peregrinaciones, y el deán de la Catedral, José Fernández Lago. Las experiencias de acogida en la vida sacerdotal y religiosa corrieron a cargo de las Hermanas Agustinas del Monasterio de la Conversión, en Carrión de los Condes; de las religiosas de Compañía del Salvador, de Madrid; de monseñor Antolín de Cela, delegado del Camino de Santiago de la Diócesis de Astorga; de César García Purroy, delegado del Camino de Santiago de la Archidiócesis de Pamplona; y de Camino Companions, Acogida en inglés en Santiago.