Este pasado sábado 1 de octubre la Catedral acogió la peregrinación de las cárceles de España, con una Eucaristía presidida por el Sr. Arzobispo D. Julián Barrio, acompañado por Mons. D. Fernando García Cadiñanos,  Obispo de Mondoñedo-Ferrol y responsable del área Penitenciaria de la Conferencia Episcopal,  así como por el P. Florencio Roselló, Director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la CEE. Junto a ellos unos quince capellanes y sacerdotes colaboradores.

La Jornada comenzó con la confluencia de grupos procedentes de quince cárceles de toda España, en el Monte do Gozo. En total más de un centenar de internos, acompañados de unos cincuenta funcionarios y otros tantos voluntarios de la Pastoral Penitenciaria. Desde el pasado lunes los peregrinos comenzaron a recorrer las diferentes rutas del Camino.

Desde el Monte do Gozo la familia penitenciaria se dirigió al Salón de Actos del ITC donde tuvo lugar un acto de acogida presidido por Monseñor Cadiñanos y el Sr. Secretario General de Instituciones Penitenciarias D. Ángel Luis Ortiz, donde un representante de cada grupo dió un sentido testimonio. También se encontraban presentes varios Directores de prisión y la Sra. Vicepresidenta de la Fundación Barrié Dª. Pilar Romero. Esta Fundación colaboró con los gastos de la Jornada dentro de su programa de actuación en las prisiones gallegas, de larga trayectoria.

A continuación se celebró un almuerzo de confraternización.

La experiencia resultó enormemente positiva para los internos e internas que tuvieron ocasión de disfrutarla, en un ambiente de sana convivencia con los valores de esfuerzo, solidaridad, encuentro humano y espiritual, y el perdón, que el Jubileo representa.

En la invocación al Apóstol, realizada por dos reclusos de Mallorca se pidió la energía moral y espiritual necesaria para la redención personal, así como la apertura de la sociedad a la dura realidad de la prisión y la mayor implicación de ésta y de los poderes públicos a los caminos de reinserción social.

La cárcel debe dejar de ser una realidad ignorada, y ocasiones como ésta ayudan a dar visibilidad para humanizar y normalizar esta realidad”.

Juan Redondo