La iglesia parroquial de la Corticela, integrada en el conjunto catedralicio de Santiago, también se está poniendo guapa para el Año Santo compostelano, que se alargará hasta 2023. Desde el pasado septiembre se realizan obras de mejora en este antiquísimo templo, del que ya hay constancia documental en el año 912, de cara a la celebración del jubileo. Así lo explica su párroco, monseñor Salvador Domato Búa, también canónigo de la seo metropolitana, quien indica que en la pequeña iglesia se están llevando a cabo varias actuaciones de restauración dirigidas a garantizar su estado de conservación.

Por un lado, el Consorcio de Santiago impulsa la renovación de las cubiertas, que estaban “muy dañadas”, explica monseñor Domato, y provocaban “filtraciones” de pluviales que dañaban la estructura. Los trabajos para eliminar las goteras ascienden a 143.544,20 euros y pasan por erradicar las humedades que se producían por fallos en la estanqueidad de la cubierta, y que estaban provocando daños tanto en las fábricas como en el interior de la capilla. Para ello se está reponiendo la cubierta con teja cerámica. Además, se aplicará un tratamiento para eliminar las termitas. Así, la finalidad de esta actuación es lograr una cubierta ligera y ventilada, garantizando su estanqueidad.

Se aprovecharán estos trabajos para eliminar también el recrecido de rasillas cerámicas y hormigón soporte de las tejas antiguas, ejecutado en las obras de los años 60 del pasado siglo XX. Y se llevará a cabo la limpieza de los paramentos de fábrica granítica, de la que se encargará una empresa especializada en restauración de patrimonio pétreo.

En este contexto, el párroco sostiene que los muros interiores “están ennegrecidos debido a las humedades”, por lo que se tratará de recuperar el color original de la piedra. También se repararán las carpinterías metálicas deterioradas y se sustituirán los vidrios que estén rotos. Además, se renovará la instalación eléctrica para adecuarla a la normativa vigente de seguridad, aprovechando la oportunidad para coordinar la iluminación con el Plan Luz de la Fábrica Catedral, al tiempo que se llevará a cabo la electrificación del toque de campanas con una central de control programable.

Apunta monseñor Domato que está previsto que los trabajos, financiados por el Consorcio de Santiago y la Dirección Xeral de Patrimonio Artístico, estarán terminados la próxima primavera, después de que hayan sufrido algunos retrasos a causa de la pandemia. El canónigo comenta que también se prevé la reposición de los bancos, que con toda probabilidad serán sustituidos por los que había anteriormente en la Catedral, donde se han colocados unos asientos nuevos y diseño moderno. Y no descarta que se lleve a cabo la restauración de alguna de las obras de arte que adornan el templo parroquial, si bien indica que todavía no hay un plan de actuación cerrado.

Por otro lado, avanza que el Año Santo también supondrá un aumento de la actividad pastoral en la iglesia de Santa María la Antigua de la Corticela. “Es un lugar popular entre los visitantes de la Catedral. A ella acuden peregrinos de todos los países, pero también devotos compostelanos de la Virgen de la Consolación, obra renacentista, y estudiantes universitarios que, respondiendo a una antigua tradición, depositan papeles escritos, siempre abundantes en época de exámenes, con sus deseos ante una imagen de Jesús en el Huerto de los Olivos, del siglo XVI. En este grupo hay que sumar la representación del Niño Jesús de Praga, del gremio de tejedores y de origen alemán, de factura anónima, y la urna con el Cristo Yacente, obra también anónima, del siglo XVII”.

Destacar que son numerosas las parejas que piden contraer matrimonio en este emblemático templo compostelano. Para este Año Santo ya hay programadas “seis o siete bodas, y aumentarán, casi todas de parejas de fuera, y también de peregrinos”

Fuente: El Correo Gallego