Peregrinación de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago al Sepulcro del Apóstol

El presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de la ciudad de Santiago de Compostela, Francisco Loimil Garrido, hizo hoy sábado en la Misa del Peregrino una invocación al Apóstol Santiago, en la que indicó que “venimos con ilusión ante ti para que, con tu poderosa intercesión, después de los 237 años de existencia de la única Real Sociedad Económica de Galicia, podamos seguir desarrollando con eficacia nuestro lema constituyente de “Socorrer enseñando”, que es el símbolo del compromiso con la sociedad a la que pertenecemos”. Los socios de esta organización habían peregrinado al sepulcro del Apóstol.

La celebración eucarística estuvo presidida por el vicario general de la Archidiócesis y canónigo del Cabildo Catedral, Víctor Maroño, quien respondió a la invocación del presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País.

Hizo la lectura en la Eucaristía Fernando Barros Fornos, ecónomo diocesano y secretario de la Real Sociedad de Amigos del País de Santiago.

El texto de la invocación es el siguiente:

Señor Santiago.

Comparecemos ante ti los socios de la real Sociedad Económica de Amigos del País de la Ciudad de Santiago de Compostela, solicitando tu protección.

Somos los herederos de las obligaciones que asumieron nuestros fundadores hace 237 años y que se han materializado en la incorporación de numerosas iniciativas que han mejorado la vida de nuestros conciudadanos.

Venimos con ilusión ante ti para que, con tu poderosa intercesión, después de los 237 años de existencia de la única Real Sociedad Económica de Galicia, podamos seguir desarrollando con eficacia nuestro lema constituyente de “Socorrer enseñando”, que es el símbolo del compromiso con la sociedad a la que pertenecemos.

Desde esta Compostela este grupo de socios queremos manifestarte nuestra posición de defensa de una sociedad honesta y justa, que en estos momentos de pandemia sanitaria y grave crisis económica, no abandonemos a los que sufren y en particular a todos los parados y sobre todo a nuestros jóvenes sobre los que la lacra del paro sigue haciendo verdaderos destrozos, configurándoles una vida sin perspectivas de futuro.

Necesitamos, señor Apóstol de la  Paz, vivir en concordia y armonía entre todos nosotros, en donde el discrepante no se convierta en un enemigo y en donde los elementos sociales creados para comunicarnos y convivir no se conviertan en armas arrojadizas que promuevan la división y la separación.

Gracias Señor Santiago.