La ONG Motor for Peace celebró sus 20 años de existencia con una peregrinación a Santiago de Compostela, coincidiendo con el Año Santo Compostelano. Esta ONG ha realizado en colaboración con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral proyectos en África y América Latina.

Celestino Suárez, vicepresidente de la ONG Moto for Peace relató a Vatican News los orígenes de su organización: “Nació en el año 2000, en el seno de la policía italiana y desde 2004 está formada por policías de diversos países europeos y después del resto del mundo. Nace con la intención de conjugar tres pasiones: primera, la pasión por la moto; en segundo lugar, darle un sentido a esa pasión por la moto apoyando proyectos humanitarios y, en tercer lugar, llevando el mensaje de paz y de solidaridad”.

Suárez contó que el viaje comenzó en el Vaticano, donde el día 17 de julio, tuvieron una misa de envío, presidida por el Cardenal Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en la cripta y tumba de San Pedro. Las condiciones sanitarias han condicionado la realización de las actividades este año, por eso, Suárez subraya que la única posibilidad con la que contaban para hacer un viaje por Europa y conmemorar los 20 años era “una peregrinación a Santiago de Compostela”. Para hacerlo escogieron la vía Franciscana, que parte de Roma hasta Compostela. Seguidamente agradeció el apoyo tenido por los organizadores del Xacobeo de la Xunta y por el Vaticano, “Así damos un sentido y transportamos a cada una de las ciudades donde hacemos la parada, un mensaje de paz, un mensaje de fe. Con la presencia pretendemos difundir este mensaje”. El viaje finalizó en la Plaza del Obradoiro, en la Catedral de Santiago de Compostela, el 25 de julio, día del Apóstol Santiago.

Los participantes en esta iniciativa tuvieron también la oportunidad de saludar al arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio.

El vicepresidente de Moto for Peace dijo que las misiones realizadas son tres, la primera realizada en 2018 en África, la segunda en 2020 en América Latina y que no se alcanzó a finalizar y la tercera programada para Eurasia el año próximo. El nombre de la misión tiene su inspiración, afirma Suárez en la figura del misionero, quien a menudo es la única esperanza para las personas que sufren en los países pobres y que en algunas ocasiones este servicio llega hasta el martirio. Suárez subraya que “nuestra misión es dar a conocer, difundir esta labor”.

El apoyo a las misiones consiste en dar sostén a las personas más pobres en las comunidades que se visitan, que en algunos casos son niños en edad escolar. El dirigente anotó que “el cardenal Turkson les anima y apoya para la realización de los proyectos”. Para el año próximo, cuentan con un período de tiempo limitado, que puede ir de mayo a finales de septiembre, fuera de esa ventana las condiciones climáticas hacen muy difícil responder a las iniciativas. Suárez expresó la esperanza de que la situación sanitaria en el mundo mejore y sea posible la realización de los proyectos.