- La Catedral compostelana acogió en la tarde de hoy a una Vigilia Oración a la que estaban invitados todos los diocesanos.
El acto, convocado por mons. Julián Barrio, tenía como finalidad agradecer los dones recibidos durante el Año Santo que sin duda han contribuido a la edificación espiritual de muchas personas.
La celebración, que comenzó a las 17:00 h. en la Catedral de Santiago de Compostela, estuvo presidida por Mons. Barrio acompañado de su obispo auxiliar, así como miembros del cabildo catedralicio, sacerdotes, una representación de fieles de cada parroquia de la Diócesis y miembros de la vida consagrada.
El arzobispo se dirigió a la asamblea comparando su presencia con aquel leproso del Evangelio que volvió para dar gracias al Señor por su curación pues la gratitud es “la memoria del corazón” afirmando que “nuestra confesión no es sólo de fe y de vida sino sobre todo de alabanza”. Compartió con una reflexión sobre tres puntos: “Dios nos sorprende siempre; nos pide fidelidad; y es nuestra fuerza”.
En este sentido afirmó que “Dios sorprende en la pobreza, en la debilidad, en la humildad donde se manifiesta y nos cura y salva. Sólo pide que sigamos su palabra y nos fiemos de él. Rompe nuestros esquemas y pone en crisis nuestros proyectos, diciéndonos: no tengáis miedo, dejaos sorprender, salid de vosotros mismos y seguidme”.
El arzobispo también invitó a ser fiel a Dios: “a pesar de que a veces no somos fieles, Él siempre es fiel y con su misericordia no se cansa de tendernos la mano para animarnos a retomar el camino, a volver a él y a confesarle nuestra debilidad para que él nos dé su fuerza”.
Continuando con la reflexión aseguró que “Dios es nuestra fuerza”: “Todo es don suyo; decir gracias es tan fácil, y sin embargo tan difícil. Qué contraste entre los nueve leprosos que no regresan y el que sí vuelve para dar gloria a Dios. Todos han quedado limpios de su lepra, pero sólo uno ha sido salvado, porque sólo él ha sabido reconocer en Jesús al Salvador. Por eso se le dice: “Tu fe te ha salvado”. Jesús obra el milagro para suscitar la fe y realizar así la curación de otra enfermedad más grave y profunda”.
Citando al Santo de Hipona mons. Barrio recordó: “No perdáis la esperanza. Si estáis enfermos, acercaos a Él y recibid la curación… Los que estáis sanos dadle gracias y los que estáis enfermos corred a Él para que os sane”.
El arzobispo terminó sus palabras recordando a Chesterton quien “observaba, con ironía amarga, cómo nosotros, una vez al año, agradecemos a los Reyes Magos los regalos que nos encontramos en los zapatos que hemos puesto en el balcón. Pero nos olvidamos de dar las gracias a aquél que todas las mañanas nos da dos pies para meterlos en los zapatos”.